jueves, 22 de marzo de 2012

¡EL 25-M A VOTAR!

Como todos sabéis, el domingo 25 de marzo de 2012, los ciudadanos andaluces tenemos una cita con las urnas y hay que ir a votar.

Costó mucho trabajo, mucho tacto y se tuvo que tragar mucho, para que la democracia “volviera” a España después de la Cruzada y posterior dictadura, nadie nos regaló nada, fue el tesón de un pueblo el que lo logró.

Desde entonces España ha cambiado mucho, tanto que mucha gente cree que aquí siempre se ha votado, que todos los partidos tienen una larga historia democrática y que desde siempre hemos vivido en democracia.

Comprendo la situación actual… votar… ¿Para qué? Esto falla, los políticos no nos representan, las leyes favorecen al poderoso y perjudican al pueblo llano cuando hay más pueblo llano que poderosos.

Los hechos nos dicen, que a lo largo de nuestra democracia,  ha surgido una casta de políticos profesionales que por el mero hecho de serlo, se oponen a su retiro o a ser sustituidos por quienes no hayan sido sus protegidos y aliados; los canales de acceso al poder no están abiertos a todos los que pudieran ser virtualmente buenos políticos, sino a quienes, además de ello, posean las conexiones necesarias o sepan labrárselas.

Por otro lado, en los partidos políticos hay auténticas oligarquías dirigentes que tienden a mantenerse cerradas y a controlar el aparato burocrático del partido.

Y junto a los partidos, también encontramos asociaciones políticas o religiosas más o menos permanentes con fines más restringidos, en general, para proteger a un cierto conjunto limitado de intereses. Estas asociaciones, auténticos grupos de presión, establecen lobbies o contactos influyentes en los centros ejecutivos (gobierno), legislativos (Cortes) y hasta judiciales del poder.

La destrucción del estado de bienestar del que hemos venido disfrutando, o lo que va quedando de él, se puede liquidar de un plumazo el lunes 26 de marzo de 2012.

¿Hay futuro? Claro que sí, simplemente hay que darle a la democracia su auténtica dimensión, que sea el pueblo soberano el que asuma su protagonismo. Hay que desterrar a los políticos profesionales, siempre fieles al partido que los pone en las listas y olvidadizos con el pueblo al que dicen representar; a esta casta política solamente se le exige no ser mancos, tener al menos un brazo que levantar cuando su líder se lo dice, que al fin y al cabo es quien le proporciona su modus vivendi, dirán siempre lo que su líder les diga y jamás traicionarán a la mano que les da de comer. El pueblo soberano para ellos es un medio para llegar al poder.

Los partidos políticos siempre y cuando represente los intereses del pueblo soberano son bienvenidos, ya sean de izquierdas o de derechas; pero cuando se convierten en grupos a los que lo único que les interesa es llegar al poder y perpetuarse en el mismo de la manera que sea y a costa de lo que sea, mientras que se comporten como déspotas ilustrados: “Todo para el pueblo, pero sin contar con el pueblo”; no nos sirven porque no representan, en Justicia, a la Soberanía Popular.

Los partidos y los dirigentes políticos han de entender que siempre habrá una gran diferencia entre someter una multitud y regir una sociedad.

Palabras proféticas las de Juan Jacobo Rousseau cuando escribió en su obra Contrato Social: “El hombre ha nacido libre y, sin embargo, por todas partes se encuentra encadenado”.

Que los andaluces, hombres de luz que a los hombres, almas de hombres les dimos, seamos inteligentes y votemos de entre lo malo, lo que “a priori”, menos pueda perjudicarnos a nosotros como ciudadanos de a pie y a nuestra Andalucía; porque nos tienen ganas, muchas ganas y si nos pillan…

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