domingo, 23 de febrero de 2014

COMO DECÍAMOS AYER…

Así dice la leyenda que fray Luis de León, catedrático de Teología y Filosofía de la Universidad de Salamanca, comenzó su clase cuando volvió a su cátedra después de un periodo de ausencia. 
A este fraile agustino lo metieron en la cárcel por traducir algunos libros que no estaban bien vistos, pero esto no impidió que su carrera docente siguiera activa y progresando. Las denuncias, más motivadas por envidias y rencillas que por otra cosa, acabaron provocando que la Inquisición abriera un proceso contra él que duró 5 años en los que estuvo encarcelado y después de los cuales fue finalmente absuelto. Según la leyenda al volver a su cátedra después de ese período de ausencia, comenzó su clase con la frase: “Como decíamos ayer…”

Ni soy fraile agustino, ni he traducido ningún libro, ni soy profesor… de alguna manera había que comenzar este post después de un año de ausencia y se me ha ocurrido que esta era una buena forma de hacerlo.

Tal día como hoy, hace un año, decidí que debía tomarme un año sabático y creo que he acertado. No me gustaba el cariz que iban tomando mis post y decidí que debía sosegarme un poco para volver con más tranquilidad aunque con la misma energía y contundencia.

Me ha costado mucho trabajo dejar el blog “parado” durante este tiempo, sobre todo cuando he observado como todos los días había alguien que entraba y leía los post escritos…

Gracias a todos los que habéis seguido el blog durante este año de silencio autoimpuesto.

Como dijo otro fraile agustino, catedrático de Teología Bíblica de la Universidad de Wittenberg: “Aquí estoy, no puedo hacer otra cosa”.