martes, 4 de octubre de 2011

Luminotecnia palmeña.

La que fija, limpia y da esplendor, define el vocablo luminotecnia como arte de la iluminación con luz artificial para fines industriales o artísticos.
Pues parece ser que a quien corresponda en Palma del Río, no entiende bien el concepto y se ha propuesto deslumbrarnos o que no veamos por donde vamos.
Me explico, que no quiero ser muy críptico. Cuando venimos en coche o en autocar, ya sabéis lo del autobús de la estación, que nos deja en tierra si el tren llega tarde y por eso usamos los coches particulares y los autobuses de empresas privadas; como decía, cuando llegamos a Palma y entramos por la noche a nuestro nuevo puente quedamos totalmente deslumbrados, no de su belleza y arquitectura no, deslumbrados por las cantidad de vatios que salen de las luces instaladas en la barandilla del mismo.
El nuevo puente no está diseñado para que transiten por él los peatones y, los coches, motos, camiones, autobuses de la línea Palma del Río–Córdoba y viceversa; tienen faros para iluminarlo. Por favor, ¿podría alguien quitarle potencia a esas barandillas incandescentes?. El pago del recibo de la luz del puente sale de nuestros impuestos, ahorraríamos dinero, reduciríamos la contaminación lumínica y nuestros ojos no se cegarían al entrar al puente.
Otro ejemplo claro de iluminación poco artística es la que han puesto en la ermita de Belén, en el cerro de Belén, hay una ermita no un faro y eso es lo que parece el recinto de la patrona. Iluminar artísticamente no consiste en poner mientras más vatios mejor, ni en colocar esos antiestéticos focos que rompen la estética del recinto de día y de noche y que además deslumbran e impiden observar la arquitectura del lugar… ¿Quién paga el recibo de la luz de la ermita de Belén? Ejemplo claro de contaminación lumínica y derroche en tiempos de crisis. Si lo paga la Hermandad, no hay nada que decir, porque cada uno con su dinero hace lo que quiere pero… si lo paga la Administración Local, me parece un gasto totalmente suntuoso con la que está cayendo y un mal ejemplo a los ciudadanos y católicos por parte de su Ayuntamiento o su Iglesia.
Un buen ejemplo de iluminación artística es el puente de hierro, luz suave que invita al paseo, no deslumbra y con un tono adecuado; lo mismo ocurre en la parte inferior del puente de piedra y digo la parte inferior porque la superior deja mucho que desear. Tanta luz en las barandas del puente nuevo, tanta luz en la ermita de la patrona y tan poca luz sobre el puente de piedra, entre farola y farola no se ve nada… ¿No podrían los responsables de la iluminación municipal repartir los vatios mejor? ¿O nos quedamos ciegos al entrar al puente nuevo, o no vemos por donde vamos en el de piedra? No está mal iluminar artísticamente un puente por debajo pero… ¿no creen ustedes que primero hay que iluminarlo bien por arriba?. Claro luego pasa lo que pasa, que algún bloguero se queja con toda la razón del mundo.

sábado, 1 de octubre de 2011

EL AUTOBÚS QUE VA A LA ESTACIÓN DE FERROCARRIL.

En estos tiempos de crisis económica para los de siempre, los otros, los banqueros y la gente con posibles nunca tienen crisis; donde se recorta en “lo público” y si queremos servicios de calidad, se nos echa en manos de la iniciativa privada, donde hay recortes aquí, allá y acullá… menos en Andalucía, como todos sabéis, y si no lo sabéis, es que no veis Canal Sur Televisión. Quiero hablaros del autobús que va desde Palma del Río ciudad a la Estación de Ferrocarril de Palma.
Os cuento, cuando algún tren procedente de Sevilla o Córdoba llega tarde a la Estación de Palma, el autobús que realiza el recorrido desde la estación a la ciudad, se vuelve a su cochera sin esperar a los posibles pasajeros. Por tanto, si vienes en tren desde Sevilla, miras tu reloj y ves que el ferrocarril llega tarde, ya puedes ir llamando a alguien con tu teléfono móvil para que vaya a recogerte a la Estación, porque el autobús, que se supone presta un servicio público, no va a estar en su parada habitual cuando llegues.
Como esto pasa y los usuarios del tren saben que pasa, pues el autobús a la estación casi siempre viene al pueblo vacío, porque la gente no se fía de que los dejen en tierra y siempre buscan a algún familiar o amigo que se alargue por ellos a la Estación.
Y si vienes de Córdoba, pues peor, porque en vez de usar un transporte público, que no contamina, que es rápido y seguro como el tren… pues coges el autobús de una empresa privada que realiza en recorrido con los mismos horarios que el ferrocarril y así tienes la certeza de que no te vas a quedar “colgado” en la Estación de ferrocarril si el tren llega con retraso.
Conclusión: merced a prestar un deficiente servicio por parte del autobús de la estación, estamos potenciando el transporte privado en vez de usar el público (tren), como consecuencia, el transporte público (tren) es deficitario, pierde dinero que pagamos todos con nuestros impuestos y los dueños de la línea de autobuses Palma del Río– Córdoba y viceversa; se están forrando porque… si no les fuera muy bien económicamente habrían suprimido la línea hace tiempo, como  ha sucedido con los dos intentos, que yo recuerde, de crear una línea de autobuses Palma del Río– Sevilla, como iba poca gente y no era rentable, la quitaron.
Y ahora las grandes preguntas ¿De quién depende el servicio de autobuses a la estación de ferrocarril de Palma del Río? ¿Quién o quiénes son los responsables de que no funcione como servicio público que se supone que es? ¿Quién o quiénes tienen interés de que no funcione bien para potenciar así la línea privada de autobuses a Córdoba? ¿Está este servicio subvencionado por alguna Administración Pública? Porque sería de nota, que se subvencionara un servicio que no funciona y que como consecuencia de ello, se potenciara una empresa privada de transportes con dinero público.
Después dicen que hay que potenciar lo público, que aquí, en Andalucía no hay recortes que valgan, que estas cosas no ocurren de Despeñaperros hacia abajo, por eso creo yo, que Palma del Río no pertenece a la provincia de Córdoba y que no está en Andalucía, porque aquí, desde hace años, somos pioneros en cargarnos “lo público”, al menos en lo que respecta al mencionado transporte.