sábado, 9 de febrero de 2013

¡YA HACE UN AÑO!

 
La Reforma de la legislación laboral en España fue aprobada por el Consejo de Ministros del Partido Popular el 10 de febrero de 2012 a través de un Real Decreto-ley. Ya ha pasado un año y los datos no pueden ser peores. Cándido Médez, secretario general de UGT, ha hecho un balance negativo del primer año de la reforma laboral porque “ni funciona ni va a funcionar” al ser una mera herramienta de “deterioro” de la situación económica y social que destruye empleo y no logra que haya flexibilidad interna en las empresas.
Toda una defensa de los intereses de la clase trabajadora pero… mientras Cándido Méndez, secretario general de la Unión General de Trabajadores da estos titulares a la prensa, ¿qué hace su Sindicato en Córdoba?
Pues se dedica a despedir trabajadores, sí queridos lectores, la Unión General de Trabajadores tan crítica con la reforma laboral, tan defensora de los intereses de la clase trabajadora, despide a sus trabajadores, como hacen los empresarios de este país con la ley de reforma laboral del Partido Popular que ha cumplido un año.
La noticia la podíamos leer en la página 14 del Diario Córdoba correspondiente al miércoles 6 de febrero de 2013, los trabajadores despedidos por la UGT reclamaban el pago de los días de enero trabajados y expresaban su malestar por las medidas de recorte aplicadas por UGT, denunciando la drástica reducción de jornada que sufren los trabajadores que han quedado.
Pero hay más, en la página 23 del Diario Córdoba correspondiente al jueves, 7 de febrero de 2013 podemos leer que el E.R.E. (Expediente de Regulación de Empleo, eufemismo de despido masivo de trabajadores porque gracias a la Ley de Reforma Laboral del Partido Popular puedo hacerlo como empresario cuando me plazca), el despido de trabajadores en UGT ha afectado a Palma del Río, Fuente Palmera, Guadalcázar, Hornachuelos y Villaviciosa al dejar en la calle, después de veinte años de trabajo en la empresa UGT, a la persona que llevaba los asuntos del sindicato en todos estos pueblos, parece ser que la medida afecta a unos mil afiliados de la Unión General de Trabajadores. Como consecuencia, la sede del sindicato en Palma del Río que atendía a una media de diez a quince personas diarias se ha cerrado.
Vamos a ver si me aclaro. Cuando la crisis económica se está empleando a fondo con los de abajo, con los jornaleros del campo, con los trabajadores que cada día tienen menos derechos, cuando los empresarios campan a sus anchas, cuando los convenios no se cumplen y los encargados de que se cumplan miran hacia otro lado, cuando los derechos de los trabajadores están siendo pisoteados un día y otro también y si protestas vas a la calle porque a mí me da la gana y  puedo hacerlo con la ley en la mano… va la Unión General de Trabajadores y despide a la persona que atendía a más de mil afiliados al sindicato y a cinco pueblos de la comarca… ¿Quién ha sido el “inteligente” que ha tomado esta decisión? ¿No es más sindicato lo que hace falta en vez de menos o ninguno? Ahora cuando uno de esos mil afiliados, que pagarán su cuota sindical mensualmente, tenga un problema ¿qué tiene que hacer?  ¿perder un día de trabajo e irse a Córdoba para que se lo solucionen?
Es difícil, muy difícil no meter a todo el mundo en el mismo saco pero es que te lo ponen a huevo… UGT no es mejor empresario que Juan Rosell, porque sigue echando la culpa de su inoperancia a los trabajadores, como hacen los malos empresarios.
Cuando puede, y con la reforma laboral que tanto critica puede, echa a la calle a trabajadores con más de veinte años en la empresa, justo cuando haría falta fortalecer el Sindicato en toda la Comarca.
Que no se queje la UGT si hay gente que comienza a darse de baja, que no se queje la UGT de que los jornaleros del campo prefieran el sistema asambleario a que sindicatos como UGT metan mano en sus cosas, que no se queje UGT cuando muchos trabajadores piensan que está vendida a la Patronal… Y que jamás vuelva UGT a criticar una ley de la que se ha servido para echar a la calle a sus propios trabajadores.
¡En manos de quién estamos! Los políticos son corruptos (que se salve el que pueda) y el sindicato de clase con más historia de España, despide a sus trabajadores y desatiende a sus afiliados… si Pablo Iglesias Posse levantara la cabeza y viera en qué han convertido la Unión General de Trabajadores que fundara allá por 1888, se moriría de vergüenza.

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